Universitarios de la BUAP: profesionales con vocación social.

Academia

En la última jornada de salud, estudiantes y académicos de Medicina, Nutrición Clínica, Fisioterapia, Ciencias Químicas y Psicología, brindaron más de 5 mil consultas a pobladores de Tepeyahualco de Hidalgo

BUAP. 19 de septiembre de 2016.- La responsabilidad social universitaria supone acciones encaminadas a generar impactos dentro y fuera de las instituciones de educación superior. En este tenor, la BUAP ha impulsado jornadas de salud gratuitas a comunidades con alto grado de marginación social en el estado de Puebla.

Durante la última de estas jornadas, llevada a cabo del 8 al 14 de julio en Tepeyahualco de Hidalgo, Puebla, los casi 40 estudiantes y académicos que participaron, de las licenciaturas de Medicina, Nutrición Clínica, Fisioterapia, Ciencias Químicas y Psicología, brindaron 5 mil 332 consultas.

Además del servicio médico que se ofrece a las comunidades, este programa sensibiliza a los universitarios sobre su profesión y compromiso social, al mismo tiempo que aplican los conocimientos aprendidos en el aula, con la asesoría de un docente.

“Trabajar en lo que te gusta no es trabajo”

Los alumnos que intervienen en estas jornadas ya cursaron las materias del nivel básico y se encuentran en el formativo. Además, participan en un curso de capacitación para estandarizar los procesos que se llevarán a cabo y profundizar conocimientos.

Para María Fernanda Fuentes Díaz, estudiante del quinto cuatrimestre de la Licenciatura en Fisioterapia, la jornada de julio pasado representó todo un reto. Al desempeñarse por primera vez en el campo clínico con pacientes reales, consideró que el trabajo en equipo fue un factor importante para brindar el servicio a la comunidad.

La experiencia que vivió en su primera jornada –dijo- la enfrentó con la realidad al conocer la precariedad en la que viven los pacientes que atendió. Sin embargo, la también egresada de la extensión regional de la Preparatoria Emiliano Zapata de la BUAP, en San Martín Texmelucan, destacó: “hay muchas cosas que faltan y que yo no puedo hacer, pero desde lo que yo hago sí puedo apoyar. Voy a hacer mi mayor esfuerzo para reducir esto y que las personas tengan una mejor calidad de vida”.

Por su parte, Araceli Santamaría Ramírez, quien actualmente cursa el noveno cuatrimestre de Medicina, recordó la primera vez que participó al frente de un consultorio, durante la jornada de inicios de mayo del 2015, en Olintla, Puebla. Uno de los pacientes que atendió tenía un estado avanzado de diabetes, pero él desconocía el padecimiento y los tratamientos. “La diabetes es una de las enfermedades principales en México y que un paciente no reciba la atención que necesita es decepcionante. Me alegra que hayamos podido ayudarle”, señaló.

Al ser la de Tepeyahualco su sexta jornada, Araceli reafirmó el trabajo interdisciplinario que se lleva a cabo. “Lo importante es que no sólo vas a adquirir conocimientos y corroborar lo que ya sabes, sino que además haces amigos, conoces nuevas personas y aprendes a valorar lo que pueden hacer otras licenciaturas. Te pueden apoyar no sólo como amigos, sino desde el punto de vista profesional”.

La práctica fuera del aula

La doctora Carolina Meneses Galicia, oftalmóloga de la Facultad de Medicina, participó por primera vez como especialista en la jornada de julio pasado. “Se ha hecho una revolución importante con respecto a la práctica que debe tener el médico en formación. Cuando yo estudiaba Medicina, las prácticas clínicas, como ellos las tienen ahora, no existían”.

Según relató, la doctora Meneses quedó sorprendida al ver a los estudiantes fuera del aula, aplicando sus conocimientos en un contexto real. Mientras ella rotaba en distintos módulos de la jornada, vio a una de sus alumnas, Evelin Chávez Martínez, del noveno cuatrimestre de Medicina, hacer una exploración que hacen los residentes de segundo año en la especialidad de Oftalmología. “Ella fue capaz de desarrollarlo. Uno les explicaba en el aula sobre la vía lagrimal, por ejemplo, y ella respondía, pero cuando uno ve que ella está explorando la vía lagrimal en un microscopio, es como ver que tu hija se casa. Es la realización profesional, la materialización de que alguien está haciendo bien las cosas. Es una satisfacción tremenda”.

Evelin, quien ha participado más de una vez en estas jornadas, también rescató una de sus anécdotas más significativas: “Cuando estuve rotando en Oftalmología, llegó una paciente analfabeta y con retraso cognitivo. Costó mucho evaluarla, pero cuando la doctora logró colocarle la graduación que necesitaba, sentí muy bonito. Vio a la doctora y ella le dijo ‘ya me viste, ¿verdad?’ y la paciente sonrió.”

Así, la estudiante reconoció que a través de esta retribución a la sociedad, ella se nutre de aprendizajes y experiencias que la acompañarán toda su vida. De igual forma, la doctora Meneses destacó el enfrentamiento con la realidad que estas jornadas generan. “Aunque yo sea estudiante de Medicina, médico general o especialista, no dejamos de tener el sentido humano, de ver por la gente, no sólo por los pacientes. Es un aprender constante. Yo como especialista, vengo a asistir al médico de primer contacto –que en este caso lo cumplen ellos, como estudiantes de Medicina. Los asisto, les instruyo, les explico y damos un seguimiento, pero no estoy en una nube, estoy con ellos: estamos en la misma trinchera”.

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