La activista política de origen chileno visitó la BUAP en el marco del Foro Educación Superior y Conocimiento: Avances Globales y Alcances Locales
BUAP. 3 de octubre de 2016.- Frente a modelos educativos neoliberales, como el chileno, influenciados por una ideología que concede una importancia indebida a los mecanismos de mercado, con la expansión de la matrícula privada con fines de lucro, la segregación socioeducativa, la estandarización y la privatización, es necesario impulsar sinergias con la pluralidad de actores, movimientos sociales, partidos políticos y sindicatos, subrayó Camila Vallejo, geógrafa y política chilena, durante su visita a la BUAP.
En su conferencia titulada “La aportación de los movimientos sociales y la obligación del Estado en el financiamiento de la educación superior: caso Chile”, la activista política enfatizó en lo fundamental que resulta la correlación de fuerzas para avanzar en la refundación del modelo educacional y de otras transformaciones estructurales, a través de procesos dinámicos y dialécticos, de alianzas pluriclasistas, en los que se entiendan los roles de los poderes fácticos, así como del movimiento social.
Camila Vallejo, quien también es diputada en Chile, su país natal, visitó la BUAP en el marco del Foro Educación Superior y Conocimiento: Avances Globales y Alcances Locales. En la Unidad de Seminarios, de Ciudad Universitaria, destacó que en función de la demanda, la matrícula universitaria de la BUAP creció en los últimos años, hecho que en Chile no ha ocurrido en mucho tiempo, debido a que el gobierno ha optado por subsidiar a la iniciativa privada.
Por ello, en 2011, muchos sectores chilenos se unieron en un movimiento social que logró convertirse en la principal fuerza contrahegemónica, proponiendo un horizonte que supera el neoliberalismo, sistema que ha generado un crecimiento empobrecedor en Chile. “La mercantilización de la educación chilena es parte de un sistema de control, explotación y subordinación de las grandes mayorías de nuestro país”, comentó.
Al hablar sobre el caso chileno, refirió que aunque los estudiantes y otros sectores se unieron por una reforma educacional, en el devenir de su lucha notaron la necesidad de incorporar otros temas de nivel estructural, ya que “en 2013 nos dimos cuenta que no bastaba con plantear cambios sólo en la educación”. En ese sentido, señaló, hubo una alianza pluripartidista en la construcción programática para la incidencia política, a fin de impulsar otras reformas, como la tributaria y educacional, el fin del sistema electoral binominal y la formulación de una nueva constitución, distinta a la impregnada de la ideología del Estado militar.
Los resultados de dicha movilización social fueron la aprobación de la educación parvularia, la ley de inclusión (fin de lucro, selección y copago) y la carrera docente.
Para evitar el reacomodo de las fuerzas neoliberales, comentó la militante comunista, es necesario concebir y construir una fuerza popular colectiva y unitaria, propositiva y electoral para la disputa colectiva del poder y las relaciones hegemónicas, una batalla cultural por nuevos sentidos comunes y el involucramiento crítico con las instituciones, pues la sola conflictividad y lucha social sin disputa política no posibilita cambios en las condiciones materiales de la vida.
“Transversalidad y unidad a la vez es el gran reto de los movimientos sociales”, concluyó.