El Eco Campus Universitario Valsequillo, un polo de desarrollo para la ciencia y ejemplo en restauración ambiental
BUAP. 23 de agosto de 2016.- En cada una de sus acciones, programas y obras, la BUAP ha ido más allá de lo que establece la normatividad oficial en materia de medio ambiente, con una visión de sustentabilidad al crecer en espacios e infraestructura, afirmó el Rector Alfonso Esparza Ortiz, quien citó uno de los proyectos más ambiciosos de su gestión: el Eco Campus Universitario Valsequillo, un polo de desarrollo para la ciencia y ejemplo en restauración ambiental.
Tras subrayar que la Institución siempre ha estado a favor del cuidado del medio ambiente y en cada obra que se construye se mide y prevé su impacto, señaló que este proyecto atenderá las demandas de investigación y fortalecerá la relación educación-paisaje-urbanización sustentable, con la participación de la comunidad universitaria en la conservación y restauración de los ecosistemas.
Al hablar del Eco Campus Universitario Valsequillo, Esparza Ortiz recordó que desde inicio del año se plantaron más de mil árboles, con el objetivo de mantener el ecosistema en condiciones favorables. Entre otras características, este proyecto se distingue por la restauración ambiental del terreno, con procesos eficientes de agua y energía, materiales, recursos y calidad ambiental interior, medidas previas a la construcción de los cuatro edificios que lo conforman, cuya terminación de obra previó en mes y medio.
Otras acciones institucionales en materia ambiental, señaló el Rector de la BUAP, son los bebederos de agua potable, el kiosco sustentable y el proyecto de lombricomposta en la preparatoria Benito Juárez García y en Ciudad Universitaria. Además, el programa de recolección de agua pluvial, gracias al cual la posta que funciona para la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, de Tecamachalco, dispone del vital líquido. Para ello, dijo, se edificó una obra para recolectar el agua de lluvia.
“Aparte, en cada nuevo edificio que construimos ya tenemos focos ahorradores, energía eólica, energía solar y obras de recolección de agua pluvial”, comentó.
En el programa de becas alimenticias, Esparza Ortiz dio a conocer que a partir de este ciclo escolar, los estudiantes becados recibieron utensilios de plástico reutilizables para sus alimentos, con lo cual se disminuyó el uso de materiales altamente contaminantes, como el poliestireno.
Además, existen dos máquinas biorrecicladoras, en Ciudad Universitaria y el Complejo Cultural Universitario, que permiten separar botellas de PET y latas de aluminio, en las cuales se reciclan casi 7 toneladas mensuales, al tiempo de fomentar una cultura del reciclado entre los universitarios, ya que se les otorgan puntos acumulables en monedero electrónico y canjeables por productos en establecimientos comerciales.