Tras el análisis de las mediciones del observatorio, se aporta evidencia sólida sobre la existencia de la materia negra
Las investigaciones se presentarán en un artículo de la revista Science
Viernes, Noviembre 17, 2017. Si bien durante años se han propuesto distintas teorías para determinar la existencia o no de la materia negra, el observatorio de rayos gamma HAWC (High Altitude Water Cherenkov, por sus siglas en inglés), ubicado en el estado de Puebla, aporta pruebas contundentes para esclarecer el misterio. Las mediciones hechas por dicha instancia indican que no son dos pulsares los que generan el exceso de positrones en la atmósfera de la Tierra, como anteriormente se creía. Esa aseveración reforzaría la existencia de materia no analizable mediante los instrumentos más especializados hasta la fecha.
Este trabajo de investigación será dado a conocer a la comunidad científica internacional este viernes 17 de noviembre, a través de la revista Science. El éxito de estos resultados se debe a que los instrumentos con los que cuenta HAWC para detectar los índices de positrones son únicos en el mundo, gracias a la colaboración binacional entre instituciones científicas de Estados Unidos y México, entre las que se encuentra la BUAP.
Después de trabajos exhaustivos por parte de expertos, en el 2008 se creía que el alto número de positrones que llegaba a nuestro planeta desde el espacio provenía de dos pulsares: Geminga y PSR B0656+14, ambos ubicados a aproximadamente 800 años luz de la Tierra. No obstante, los datos precisos recabados por el HAWC determinaron que la cantidad de estas partículas que emiten ambos puntos no corresponden con el exceso observado en nuestra atmósfera.
Debido a ello, los positrones tendrían un origen distinto: la materia negra es una de las posibles respuestas, afirmó Alberto Carramiñana Alonso, astrofísico del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y miembro del equipo científico del observatorio HAWC. Los positrones son partículas con una carga contraria a los electrones, elementos constitutivos del átomo. Si bien su presencia en la atmósfera terrestre no representa un peligro para la vida del planeta, son indicadores de objetos cercanos –como los pulsares- o materia negra, según las teorías al respecto.
De acuerdo con Humberto Salazar Ibargüen, titular de la Dirección General de Cómputo y Tecnologías de la Información y Comunicaciones de la BUAP y especialista en la materia, los avances en la determinación de lo que es la materia negra y cómo analizarla podrían ser, a largo plazo, líneas de investigación para su aprovechamiento. En la actualidad, los nuevos datos sobre radiación solar y rayos gamma son útiles en el ámbito de las telecomunicaciones y dispositivos electrónicos.
Asimismo, indicó que, aunado a la participación activa de la BUAP en la construcción del HAWC, en el volcán Sierra Negra de Puebla, estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado analizan los datos recogidos por el sistema, el cual llega a acumular alrededor de 2 terabytes de información al día. Como producto de estas observaciones –muchas de ellas orientadas a los rayos gamma-, los jóvenes investigadores inciden en el desarrollo mundial de la astrofísica actual.