En la BUAP se utilizan sus activos para tratar úlceras ocasionadas por el pie diabético y otros padecimientos, con resultados que superan a los medicamentos comerciales
BUAP. 23 de abril de 2017. En pacientes con diabetes mellitus tipo 2 son frecuentes las mutilaciones de extremidades debido a daños en los nervios –neuropatía- y la mala circulación ocasionados por complicaciones de este mal. Según la Organización Mundial de la Salud, siete de cada diez diabéticos sufren amputaciones de alguna extremidad inferior. Ante esto que afecta la calidad de vida del enfermo, en la BUAP ha desarrollado una solución.
Al aplicar este nuevo tratamiento, un polvo que salvó de la amputación la pierna de un paciente, los científicos de la BUAP demostraron que su fórmula da mejores resultados que algunas tradicionales. Su secreto: la baba de caracol.
De acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, en el país -que ocupa el quinto lugar con más diabéticos en el mundo- entre 14 y 24 por ciento de las personas con úlceras en los pies sufrirán una mutilación, el 70 por ciento de estos casos debido a una atención médica tardía. Lo anterior porque lesiones minúsculas llegan a convertirse en úlceras, las cuales -al no atenderse correcta y oportunamente- llegan a propagar la infección a otras partes del cuerpo y dejan como única opción la amputación.
Sabedores de que este problema podría afectar a casi 10.6 millones de mexicanos con Diabetes Mellitus tipo 2, investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP sintetizaron un nanoreservorio de óxido de zinc, adicionado con tres gramos de secreción de un caracol de jardín de la especie Cryptomphalus aspersa.
La sustancia fue probada en la reparación tisular de un paciente originario del municipio de Tecamachalco, Puebla, con una úlcera varicosa crónica en la parte inferior de la pierna izquierda (poco arriba del tobillo externo), para ver cómo incidía en el proceso de reemplazo de células muertas o dañadas por sanas.
El nanoreservorio mucus/ZnO-3-40 –nombre asignado a la sustancia en cuestión- fue aplicado en forma de polvo directamente en la herida y zonas próximas (piel ubicada dentro de un radio no mayor a los ocho centímetros con respecto a la llaga) durante cinco meses, como un complemento o alternativa al tratamiento suministrado por la institución clínica que lo atendía.
Al inicio, el enfermo mostraba una úlcera profundamente infectada. La piel circunvecina sufría cambios de coloración; era oscura. Sufría un cuadro clínico severo de úlcera varicosa: muerte celular a nivel superficial y profundo, provocada generalmente por una insuficiencia venosa y la falta de nutrientes en las venas. Sus médicos sugirieron la amputación de la extremidad dañada, como se suele recomendar en la mayoría de estos casos.
A los 46 días de haberse aplicado el nanoreservorio mucus/ZnO-3-40 se apreció una disminución en la longitud de la úlcera, aunque persistía el mismo tamaño a lo ancho. Afortunadamente para el paciente, en este tiempo se notó cierta regeneración de tejido y un cambio en la coloración de la piel, hacia su estado normal.
Después de 3 meses con quince días respecto a la primera aplicación, se observó que el tamaño era significativamente menor y la presencia de costra melicérica sin infección, por lo que ya no se necesitaría de la mutilación para garantizar la salud del paciente. Así, con este tratamiento, se logró conservar la pierna y calidad de vida de esta persona que trabaja vendiendo antojitos mexicanos.
En cuatro meses y 20 días, los investigadores apreciaron una recuperación impresionante de tejido celular. Aunque persistieron algunas áreas de piel con cambios de coloración y con menor resequedad en comparación con la zona circunvecina, el nanoreservorio dio prueba de su capacidad para actuar rápida y efectivamente en la regeneración tisular y en sanar la úlcera varicosa o lo que quedaba de ésta.
¿Por qué la baba de caracol?
La regeneración tisular es un proceso complejo que involucra a una variedad de células que componen la sangre, el sistema inmunológico y los tejidos para la reparación de daños también del tipo tisular -adjetivo que hace referencia a todo lo relacionado a tejidos del organismo-, mediante otros procesos como los inflamatorios y de reparación.
“El proceso de regeneración epidérmica es capaz de formar tejido como el preexistente en gran parte gracias a los taninos, encargados de la regeneración tisular. Esta se lleva a cabo por su interacción con las proteínas en un medio ‘seco’ que impide el desarrollo de bacterias. Al generar una vasoconstricción, los taninos ayudan a la coagulación y, por tanto, contribuyen a la curación de lesiones”, explicó Albino Moreno Rodríguez, científico de la BUAP que forma parte del equipo que desarrolló este proyecto.
Por sí solos los taninos ya realizan un proceso de regeneración tisular. El nanoreservorio de mucus/ZnO-3-40 gestiona en muchos ámbitos este tratamiento como un catalizador del mucus (secreción) del caracol Cryptomphalus aspersa. Por lo tanto, continuó el químico, el ciclo de cicatrización–renovación tisular es en gran medida debido a la redistribución del zinc a la zona de lesión.
Este elemento forma parte de las más de 300 proteínas presentes en el organismo que tienen un papel central en la reconstrucción de piel lesionada, por lo que es esencial para la actividad de muchas enzimas involucradas en la cicatrización. Esto indica que el zinc forma parte de los nanomateriales más importantes para la regeneración celular, debido a que estimula la síntesis de proteínas capaces de degradar los componentes de las matrices extracelulares, en las que se incluyen citosinas y sus receptores, así como células del sistema inmune, como los macrófagos, que en conjunto contribuyen a acelerar este proceso.
¿Qué hace entonces la baba o secreción del caracol? Moreno Rodríguez indicó que ya se han reportado los principios activos contenidos en el extracto del mucus, los cuales actúan como inmunoestimulantes al incrementar de 15 y hasta 50 por ciento la fagocitosis -proceso por el cual ciertas células y organismos unicelulares capturan y digieren partículas nocivas.
“Su empleo en la medicina tradicional muestra excelentes resultados en el tratamiento de úlceras e inflamación. Sus principales componentes han sido aislados y han demostrado su efecto curativo en lesiones superficiales en conejos. En este sentido, el empleo de un nanomaterial formado de zinc más el extracto de mucus potencializan el efecto cicatrizante y ayudan a eliminar las heridas en los pacientes con pie diabético”, sostuvo.
Por ello, los científicos de la BUAP proponen este nanomaterial como una alternativa farmacoterapéutica en el tratamiento de estas lesiones, pues además de efectivo, es más barato y su rango de seguridad mucho mayor.