A través de la academia, la investigación y el emprendimiento, la BUAP contribuye al cuidado del agua

Investigación

 “Nuestra misión como universitarios es comprometernos con el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales”: Rector Alfonso Esparza Ortiz

BUAP. 22 de marzo de 2017. Desde la academia, el emprendimiento y la investigación, la BUAP se une a los esfuerzos de varios países para salvaguardar el recurso fundamental que posibilita la vida: el agua. En 1992, Naciones Unidas instauró el 22 de marzo como Día Mundial del Agua, para “llamar la atención sobre la importancia del agua dulce y la defensa de su gestión sostenible”.

Al respecto, en un tweet, el Rector Alfonso Esparza Ortiz comentó que “nuestra misión como universitarios es comprometernos con el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales”. Un ejemplo es el trabajo desarrollado por los científicos del Laboratorio de Tecnología del Agua, del Instituto de Ciencias de la BUAP, coordinado por José Ignacio Becerra Ponce de León.

Ahí han generado sistemas de producción de agua –más económica y eficiente que los comerciales- para proveer del líquido a gran parte de los laboratorios de Ciudad Universitaria, con el cumplimiento de los estándares de calidad que requieren los centros de investigación que trabajan con determinados procesos y microorganismos.

Esta tecnología ha sido utilizada también en el área de análisis clínicos del Hospital Universitario de Puebla, ya que cumple con las especificaciones técnicas para evitar cualquier tipo de contaminación. A continuación, una entrevista con su titular, en torno a temas de la agenda del Día Mundial del Agua.

-A 25 años de la instauración del 22 de marzo como Día Mundial del Agua, en una asamblea celebrada por Naciones Unidas, ¿cuáles han sido los avances más significativos que gobierno, grupos sociales y empresarios han encabezado en el uso sostenible del agua?

-La mayoría de los países desarrollados ya tienen la capacidad de instaurar y mantener sistemas de tratamiento de agua efectivos y de alta calidad. En México, el problema es que el agua que se utiliza para fines comerciales y residenciales sigue siendo de muy mala calidad. La inversión para mejorar la infraestructura de tratamiento y distribución para ofrecer agua de calidad debe ser una prioridad. Sin embargo, el Estado mexicano no ha asignado los recursos necesarios para ello, los cuales, desafortunadamente, deben ser cuantiosos.

De acuerdo con el investigador, el agua que se ofrece en la mayoría de los hogares mexicanos no cumple con los estándares de calidad; “nosotros no podemos competir a nivel internacional”. En el caso de Puebla, consideró que esta tarea se complica, debido a la gran cantidad de salitre que contiene.

-Además de este problema, ¿cuáles son los desafíos que en pleno 2017 nos deben ocupar?

-El agua aún no es accesible para todos. Es alarmante que mientras algunos gozan sin problema de este derecho, a apenas kilómetros de distancia, incluso metros, no haya infraestructura para proveerla. Esto va muy ligado a un tema de capacidades económicas y de clases sociales. El otro problema es la privatización del agua, cuando ésta es un recurso natural, situación que se convierte incluso en un conflicto político. Creo que estos son los puntos críticos.

-Algunos científicos sostienen que muchas crisis venideras serán en gran parte por el desabasto de agua. En el caso de la capital del país, el documental H2Omx, de José Cohen, Lorenzo Hagerman y Alejandra Liceaga, arroja un dato alarmante: “El reto para el 2030 será abastecer de agua a 29 millones de habitantes en la Ciudad de México”. Ante esta problemática, ¿qué debe hacerse?

-El problema de la Ciudad de México descansa en su mismo suelo. Como sabemos, esta ciudad fue construida sobre una laguna muy grande. La mayor parte del problema es que las estructuras que bombean el agua son afectadas por su hundimiento. Lo que complica la situación es que una ciudad, entre más población tenga, más recursos necesitará. Además, si al agua dulce que tenemos no se le da la garantía de tratarla como debe ser, caeremos en una crisis, especialmente en zonas muy pobladas, como la capital del país. Ahí, la probabilidad de una crisis por el agua es del cien por ciento y el principal problema es que la urbanización de México está concentrada en esta urbe.

El tema del agua, es un tema de todos, concluyó.

Como parte de una institución socialmente responsable, en Ciudad Universitaria de la BUAP regularon la salida de las aguas residuales, mediante su canalización al conducto del drenaje. Esa situación mejoró las lagunas naturales ubicadas en las cercanías del campus, como la situada al interior, cerca de la avenida 14 Sur, que pasó de ser un centro de contaminación a un área verde limpia.

Los investigadores del Laboratorio de Tecnología del Agua contribuyeron a esta labor compartida entre la administración de la BUAP y su comunidad científica, gracias a la cual la sociedad cuenta con un nuevo micro ecosistema vivo, rodeado del bullicio estudiantil de la capital de Puebla. Ahí la vida acuática ha resurgido y prueba de ello es el grupo de peces que, día a día, cruzan bajo las avenidas mediante un canal, para ir a otro sitio: la laguna de San Baltazar, que ahora se nutre con agua limpia proveniente de CU.

 

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