El equipo científico del Instituto de Fisiología de la BUAP es uno de los pocos dedicados a esta línea de investigación
BUAP. 12 de abril de 2016.- Un grupo de científicos del Laboratorio de Fisiopatología Cardiovascular, del Instituto de Fisiología de la BUAP, liderado por el doctor Julián Torres Jácome, propone un nuevo marcador biológico para medir diabetes, a partir de las variaciones de la frecuencia cardiaca.
De acuerdo con proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes será la séptima causa de mortalidad en 2030. Además, un estudio realizado en varios países determina que 50 por ciento de los pacientes diabéticos muere de enfermedad cardiovascular, principalmente cardiopatía y accidente vascular cerebral (AVC).
Hasta el momento, no existe un marcador biológico para determinar el tiempo que los pacientes padecen diabetes, de ahí la importancia de este trabajo, ya que el corazón es el primer órgano alterado por esta enfermedad crónica, con afectaciones que se reflejan en el cambio de ritmo. Para ello, los investigadores proponen medir cada ciclo cardiaco y observar las variaciones de los mismos durante cinco minutos, después promediar las medias y compararlas con el resto de los pacientes.
De ser comprobada esta hipótesis, sostuvo el especialista, este hallazgo servirá de apoyo en las unidades médicas, para que al determinar glucosa elevada en el paciente, se realice también un electrocardiograma para calcular variaciones en la frecuencia cardiaca de 5 a 10 minutos.
La línea de investigación del doctor Torres Jácome, que estudia cómo este padecimiento crónico degenerativo afecta la actividad eléctrica del corazón, recibió en 2002 el premio Dr. Jorge Rosenkranz que cada año otorga la Asociación Roche-Sintex de México, en el área de investigación sobre diabetes.
El equipo científico del Laboratorio de Fisiopatología Cardiovascular del Instituto de Fisiología de la BUAP es uno de los pocos dedicados a esta línea de investigación en México. A nivel internacional, sólo existen tres grupos: en el país Vasco, en España y en Canadá.
Estudio del nodo seno-auricular del corazón
Desde 2002, Julián Torres Jácome, doctor en Ciencias Fisiológicas, con especialidad en Fisiología por la Universidad de Colima, indaga los efectos de la diabetes mellitus en la actividad eléctrica del corazón.
En esta línea, inició un trabajo para determinar y caracterizar el tipo de corrientes eléctricas que emiten los nodos seno-auricular y aurículo ventricular, conocidos como las células marcapaso del corazón. Para este fin, se diseñó un modelo de ratón diabético tipo 1, caracterizado por su incremento en la cantidad de orina, toma de agua e ingesta, de 400 a 500 por ciento.
Al realizar electrocardiogramas a los ratones diabéticos se observó que la frecuencia cardiaca era menor, en comparación con los modelos de control. Sin embargo, al aislar el marcapaso (el nodo seno-auricular) la frecuencia aumentó, por lo que esta información dio una idea sobre los daños al corazón.
También, se descubrió que el nodo seno-auricular cambió de organización, es decir, las células nodales están distribuidas de diferente manera, en comparación con las de un ratón normal. Además, eléctricamente dichas células son más excitables, por lo que requieren de poca energía para tener un potencial de acción; mientras su velocidad de propagación disminuyó.
De esta manera, el aumento de la excitabilidad con poca corriente se relaciona con el incremento en la frecuencia cardiaca del nodo seno-auricular, sostiene el académico de la BUAP.
En esta investigación colaboran la doctora Alondra Alvarado Ibáñez, egresada de la UNAM; Rosa Elena Arroyo Carmona, estudiante del Doctorado en Fisiología, en la Escuela Superior de Medicina del IPN, y Rommel Sánchez Hernández, estudiante de Biomedicina en la Facultad de Medicina de la BUAP; así como la doctora Francisca María Fabiola Lucero, de la UPAEP.
La diabetes mellitus altera al corazón
En otra de las investigaciones realizadas en el Laboratorio de Fisiopatología Cardiovascular se demostró que la diabetes mellitus y el síndrome metabólico (SM) alteran por sí mismos la actividad eléctrica del corazón y provocan arritmias.
“Antes se pensaba que las arritmias en diabéticos eran causadas por trastornos como la aterosclerosis, que hace que se tapen las arterias y provoca hipertensión e infartos. En general, todo mundo pensaba que la causa de las arritmias era por la presencia de lípidos elevados en sangre”, informó el doctor Julián Torres Jácome.
Igualmente, se aclaró que las alteraciones en la actividad eléctrica del corazón se deben a la disminución de ciertas proteínas o canales iónicos (sodio, potasio o calcio) en la membrana de las células de este órgano.
En esta investigación sobre diabetes mellitus participan especialistas de la Universidad de Colima, UNAM y la Universidad del País Vasco, en España, con la idea de describir cuáles son las causas que producen las arritmias cardiacas y explicar las alteraciones que provoca la diabetes en la actividad cardiaca, lo cual servirá para desarrollar fármacos adecuados a los enfermos, así como tratamientos preventivos.
LA VOCACIÓN DE SERVIR, UN LEGADO PARA LAS NUEVAS GENERACIONES: LINO ZUMAQUERO
- José Lino Zumaquero Ríos, investigador de la Escuela de Biología de la BUAP, ha dedicado su vida a la investigación y a la academia, con el interés de mejorar la calidad de vida de las personas
BUAP. 12 de abril de 2016.- El propósito de servir a la gente más necesitada debe ser un legado para las nuevas generaciones, sin otro interés que la satisfacción de contribuir en el desarrollo de los pueblos, quien así se expresa es José Lino Zumaquero Ríos, investigador de la Escuela de Biología de la BUAP.
Su preocupación por el bienestar social y su vocación por ayudar a los que menos tienen y sufren a causa de enfermedades, lo motivaron a dedicar su vida a la investigación. Sus aportes en materia de salud fueron reconocidos por la Universidad de Chiclayo, en Perú, institución que le otorgó el Doctorado Honoris Causa.
Ha participado en diversos proyectos de investigación a nivel internacional, relacionados con el estudio de los vectores. Entre éstos, su contribución para disminuir las condiciones de transmisión de parásitos en la zona del Canal de Panamá; además, a través de la Organización de las Naciones Unidas, impartió cursos de capacitación y asesorías técnicas para el control de los agentes transmisores de enfermedades en Argentina, Uruguay, Colombia, Chile, Cuba, Perú, Bolivia y Venezuela.
A finales de los años noventa, Lino Zumaquero se incorporó a la BUAP como profesor investigador de la Escuela de Biología. Actualmente, es responsable del Laboratorio de Parásitos y Vectores, de esa unidad académica, donde investiga cepas de diferentes hongos capaces de disminuir el impacto de los criaderos de mosquitos que transmiten el dengue, así como de parásitos causantes de otras enfermedades.
Nacido en 1958, en la ciudad de Villa Clara, Cuba, el joven Zumaquero supo que su camino estaba relacionado con el estudio de los seres vivos y la naturaleza, por lo que ingresó a la Licenciatura en Biología, en la Universidad de La Habana, donde también cursó la especialidad en Zoología de Invertebrados.
Su inclinación por el estudio de la parasitosis y la transmisión vectorial, lo llevó a continuar su formación en el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Curie”, donde aprendió técnicas de la mano de prestigiados entomólogos. Asimismo, tomó cursos y diplomados a nivel internacional, que lo encaminaron a la investigación sobre la enfermedad de Chagas, que le valió reconocimientos como estudiante y profesionista.
“Hice rotaciones por todos los bancos de sangre de Cuba y laboratorios clínicos, además trabajé muchos años en el Hospital Pediátrico Provincial Docente Pepe Portilla, una experiencia que me permitió obtener una excelente formación”, afirma.
Más allá de la vida profesional, Lino Zumaquero es entusiasta y optimista. No se deja vencer por las adversidades. Sonríe, siempre sonríe. Confiesa que una de sus actividades favoritas es el baile; la salsa, por excelencia.
Para él, su familia es lo más importante, por lo que trata de disfrutar al máximo el tiempo que pasa con ellos, tanto en casa como cuando viaja a Cuba a visitar a los parientes que viven allá.
Siempre inquieto por aprender, antes de dormir lee artículos científicos, aunque también asegura ser un ferviente lector de Gabriel García Márquez, así como de todo tipo de literatura.
Doctor en Ciencias Ambientales, por el Instituto de Ciencias de la BUAP, desde su llegada a la Máxima Casa de estudios de Puebla, Lino Zumaquero se ha enfocado al estudio de diversos temas de parasitología, así como al desarrollo de metodologías para el control biológico de vectores que afectan regiones de México y el mundo.
“Continuamos en la búsqueda de mecanismos biológicos que sean amigables con el ecosistema, para evitar la contaminación del medio ambiente por el uso excesivo de insecticidas industriales”, señala.
Además de desempeñarse en la docencia y la investigación, José Lino fue consejero de la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado, desde donde contribuyó al fortalecimiento de la investigación en la universidad, a través de la revisión de los planes de estudio.
Para él, formar jóvenes “es algo que me apasiona y me llena de una gran satisfacción, y aquí en la Escuela de Biología nos comprometemos en egresar profesionistas e investigadores muy capaces”.
Su vida profesional ha estado dedicada a la ciencia. Empero, también es un apasionado del ballet y la música clásica, remanso del goce.
Se considera un privilegiado al tener muchos amigos, “que pese a las circunstancias, siempre están ahí para apoyarme”. Se declara un amante de los caldos, mientras no sean picosos, así como del pescado y los mariscos, al igual que un buen corte de carne.
Durante su larga trayectoria académica, Zumaquero Ríos ha escrito artículos científicos en revistas y sitios nacionales e internacionales, como la Public Library of Science (PLUS). Es miembro de la Sociedad Mexicana de Parasitología y de la Federación Latinoamericana de Parasitología.
Las guerras, la desigualdad social y las enfermedades son temas que le quitan el sueño. Por ello, desde la ciencia da lo mejor de sí cada día, para contribuir a mejorar la calidad de vida de la gente.